Su desempeño fue mucho más sólido que la dura derrota sufrida ante Muchova en el US Open de 2020. En esta ocasión, mejoró su movilidad y recuperó la agresividad con el saque, encendiendo al público, aunque su nivel decayó en el set decisivo por la falta de ritmo competitivo en los últimos 18 meses.
Su regreso a la competición en 2024 sorprendió a muchos, ya que oficialmente figuraba como inactiva. Con una invitación especial para disputar por 25ª vez el US Open, algunos criticaron que su presencia pudiera restar espacio a jugadoras jóvenes. Sin embargo, su actuación contra Muchova acalló esas voces, demostrando que todavía puede competir contra rivales de élite.
Para los miles de aficionados presentes en el Arthur Ashe Stadium, el encuentro tuvo un significado especial. Muchos lo vivieron como una posible última oportunidad de ver a Venus en Nueva York. Entre ellos, Dorothy Blagmon, de 79 años, quien viajó pese a sus problemas de salud para presenciar a su ídolo. “Puede que no vuelva a verla jugar”, confesó, destacando su admiración por la longevidad y la pasión de la estadounidense.
Más allá de los resultados, el impacto de Venus Williams en el tenis es incuestionable. Revolucionó el deporte femenino con su estilo poderoso, inspiró a generaciones, luchó por la igualdad en los premios y mostró una resiliencia extraordinaria frente a problemas crónicos de salud. Independientemente de si continúa o no, su legado ya es eterno.
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