La alemana de 37 años calificó su recorrido como “un sueño hecho realidad” después de vencer a la campeona del Abierto de Australia, Madison Keys, por 6-3 y 7-6 (7-3). María, que había llegado al torneo tras una racha de nueve derrotas consecutivas, sorprendió al avanzar a su primera final de un WTA 500, convirtiéndose en la mujer de mayor edad en lograrlo. Ocupando el puesto 86 del ranking, avanzó desde la fase de clasificación y eliminó a tres jugadoras del top 20, atribuyendo su éxito a su inquebrantable amor por el tenis.
Madre de dos hijas, Maria subrayó la importancia de la perseverancia frente a las adversidades. “Siempre hay que seguir adelante. Nunca se puede parar, no importa cómo vayan las cosas”, declaró. “Me encanta jugar al tenis, amo este deporte y vivimos para estos momentos especiales.” Su recorrido ha cautivado a los aficionados y ha añadido una dimensión histórica al torneo, que no veía una campeona de individuales desde hace más de cincuenta años.
El domingo se enfrentará a la octava cabeza de serie, Amanda Anisimova, quien superó a la campeona olímpica Zheng Qinwen en un intenso duelo a tres sets (6-2, 4-6, 6-4). La estadounidense accede así a su primera final sobre césped, prometiendo un enfrentamiento vibrante entre la experiencia de Maria y la juventud de Anisimova.
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