Con el arranque de Wimbledon 2025, uno de los enfrentamientos más atractivos de la primera ronda será el del joven talento brasileño Joao Fonseca frente al británico Jacob Fearnley en la Pista Uno. Aunque Fearnley contará con el apoyo del público local, Fonseca confía en que sus apasionados seguidores brasileños igualarán —o incluso superarán— la energía de la afición inglesa.
Reconocido como una de las grandes promesas del tenis mundial, Fonseca restó importancia a la supuesta ventaja de jugar en casa que tendrá su rival. Con solo 18 años y ubicado en el puesto 54 del ranking ATP, el carioca confía plenamente en el empuje de los aficionados brasileños, famosos por su entusiasmo y entrega. “Es difícil ser más ruidoso que los brasileños”, comentó Fonseca antes de su estreno, animando a sus compatriotas a apoyarlo con fuerza en el All England Club.
El ascenso de Fonseca ha sido impresionante. Este año conquistó su primer título ATP en Buenos Aires y sorprendió al mundo al vencer al número 9 del mundo, Andrey Rublev, durante su debut en un Grand Slam en el Abierto de Australia.
Su estilo de juego fluido y elegante ya le ha valido comparaciones con su ídolo de infancia, Roger Federer. A su vez, su hinchada se ha hecho notar en todos los torneos, desde Miami hasta París, ondeando banderas y alentándolo sin cesar.
Ahora, a las puertas de su debut en las emblemáticas canchas de césped de Wimbledon, Fonseca asegura estar cumpliendo un sueño de la infancia. Criado en Río de Janeiro, creció viendo este torneo legendario y anhelando formar parte de su historia. “Jugar en la Pista Uno ya es un sueño hecho realidad”, confesó, impresionado por el cuidado y la tradición del evento, desde el césped perfectamente cortado hasta los arreglos florales.
Para Fonseca, Wimbledon tiene un significado especial entre los Grand Slams: no solo por su historia, sino por lo que representa para cualquier joven tenista.
Aunque ya venció a Fearnley a principios de año en Indian Wells, Fonseca no subestima este nuevo encuentro. Sin embargo, su gran confianza y el respaldo fervoroso de su hinchada lo hacen creer que la Pista Uno se sentirá más como casa que como territorio enemigo.
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