En una de las finales más memorables en la historia reciente del tenis, Carlos Alcaraz luchó contra la adversidad para conquistar su segundo título consecutivo en Roland Garros. El joven español de 22 años se enfrentó al número uno del mundo, Yannick Sinner, en un duelo apasionante que se extendió por cinco horas y 32 minutos.
A pesar de perder los dos primeros sets y afrontar tres puntos de campeonato en contra, Alcaraz mostró una resistencia y determinación extraordinarias, ganando por 6-4, 7-6, 4-6, 6-7, 7-6 en una batalla intensa que cautivó a los 15,000 espectadores en el estadio Philippe Chatrier.
Sinner parecía dominar al principio, ganando los dos primeros sets y amenazando con lograr un raro triplete de Grand Slam tras sus recientes victorias en el US Open y el Abierto de Australia.
Rompiendo varias veces el servicio de Alcaraz, Sinner mantuvo el control durante gran parte del partido, llegando a liderar 5-3 en el cuarto set con tres puntos de campeonato a su favor.
Sin embargo, Alcaraz se negó a rendirse, recuperando terreno con quiebres de servicio cruciales y ganando dos tiebreaks tensos para forzar un decisivo quinto set.
El set final fue muy disputado, con ambos jugadores intercambiando quiebres y manteniendo su servicio bajo una enorme presión. El histórico partido culminó con el primer tiebreak de campeonato extendido a 10 puntos en Roland Garros.
Alcaraz dominó este enfrentamiento final, ganando 10-3 y cayendo agotado sobre la arcilla en una muestra de cansancio y alegría. Su triunfo lo convierte en apenas el tercer hombre del siglo XXI en defender el título del Abierto de Francia, uniéndose a leyendas como Rafael Nadal y Gustavo Kuerten.
Con esta victoria, Alcaraz aseguró su quinto título de Grand Slam, alcanzando un hito que pocos en la historia del tenis han logrado: ganar todas las finales de Grand Slam que ha disputado. El partido no solo consolidó su lugar entre la élite del deporte, sino que también profundizó la rivalidad con Sinner, quien sigue siendo una fuerza formidable a pesar de la ajustada derrota. Esta final será recordada como un clásico que demuestra fuerza mental y habilidad al más alto nivel del tenis.
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