El mundo del golf femenino se encuentra en un momento crítico mientras el US Women's Open, con una bolsa de premios récord de 12 millones de dólares, está en marcha. La británica Charley Hull está lista para salir en un emparejamiento de alto perfil con la número uno del mundo, Nelly Korda, para las dos primeras rondas, una movida estratégica de los organizadores.
Este momento crucial coincide con el nombramiento de Craig Kessler como el nuevo jefe del LPGA Tour, encargado de revitalizar un deporte que se percibe estancado. Mientras que otros deportes femeninos de élite han experimentado un crecimiento significativo, el golf se ha quedado atrás, lo que ha llevado a los observadores a declarar que el juego femenino está "en una encrucijada" a pesar del aumento de los premios en los eventos importantes.
Kessler, un "ejecutivo estadounidense joven y seguro" que llega de la PGA de América, se enfrenta a una agenda abrumadora para impulsar la LPGA. Ya está interactuando con las mejores jugadoras y funcionarios, enfatizando la necesidad de "salir con fuerza desde el principio". Apodado "un joven Mike Whan" –un excomisionado de la LPGA que presidió una década de crecimiento significativo en los premios–, el nombramiento de Kessler señala un cambio esperanzador.
La decisión de emparejar a Korda con Hull y la semirretirada Lexi Thompson para los espacios de transmisión televisiva privilegiados en Erin Hills subraya un enfoque orientado a los negocios. A pesar del reciente descenso de forma de Hull y del calendario de juego reducido de Thompson, sus considerables bases de fans y su fuerte presencia en las redes sociales son priorizadas por su atractivo global y su capacidad para atraer espectadores.
La LPGA, bajo la excomisionada Mollie Marcoux Samaan, enfrentó varios desafíos después de la partida de Whan. Estos incluyeron un revés inicial con jugadoras que no asistieron a una cena crucial de patrocinadores, lo que provocó fuertes críticas del patrocinador, Terry Duffy de CME. Él enfatizó la necesidad de que el liderazgo colabore con las jugadoras para "hacer crecer el juego juntas". Se acumularon más dificultades con una fusión fallida con el Ladies European Tour, que posteriormente fortaleció sus lazos con Arabia Saudita.
Errores operativos, como un sistema de estacionamiento y transporte malogrado en la Solheim Cup, también llevaron a disculpas públicas. Las revelaciones recientes de facturas impagas de los socios surcoreanos de derechos de la LPGA y la rápida salida de un ejecutivo de marketing de alto nivel resaltaron aún más las dificultades del tour, lo que finalmente culminó con la renuncia de Samaan en medio de "presión de muchas jugadoras".
En este contexto, las prioridades inmediatas del nuevo comisionado son claras: "reconstruir algunos puentes" con jugadoras y patrocinadores, y restaurar la posición de la LPGA como un socio comercial viable. El propio Kessler describe los pilares clave de su mandato, comenzando con la "construcción de confianza" entre jugadoras, patrocinadores, fans y su equipo. También enfatiza la necesidad crítica de visibilidad, asegurando que las "estrellas increíbles" de la LPGA sean reconocidas más allá de las transmisiones tradicionales.
Este mensaje, que recuerda el exitoso enfoque de Whan, tiene como objetivo desarrollar la base de fans y asegurar el futuro financiero del tour mientras celebra su 75 aniversario. Todos los ojos estarán puestos en el exigente campo de Erin Hills mientras las mejores del mundo compiten, y particularmente en los emparejamientos iniciales altamente visibles, ya que Kessler sin duda espera que tengan el impacto previsto.
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