Stokes permaneció fuera del ataque de lanzamiento durante el tercer día, mientras Australia ampliaba su liderazgo. A pesar de no lanzar, el cuerpo técnico inglés declaró que está apto para jugar.
Travis Head, de Australia, brilló con 142 carreras sin ser eliminado, llevando a los anfitriones a 271-4 y colocando a Inglaterra en una situación crítica, con la serie ya 2-0 en su contra. El partido aumentó la presión sobre los visitantes, con solo dos Tests restantes.
Stokes, que fue el máximo anotador de Inglaterra con 83 carreras en la primera entrada de 286, estuvo más de cinco horas en el bate durante los días dos y tres. Se le vio lidiando con calambres bajo un calor intenso de 40 grados, destacando el esfuerzo físico exigido al jugador todoterreno.
La ausencia del capitán en el lanzamiento durante los primeros 66 overs de la segunda entrada australiana generó preguntas, pero el entrenador de lanzadores, Jeetan Patel, explicó que fue por fatiga y no por lesión. Patel describió a Stokes como “agotado” tras su maratónica actuación con el bate.
“Ben ha dado todo para llegar a este punto del juego,” dijo Patel. “Está un poco cansado y solo necesita un momento para recuperarse. Siempre juega con máxima intensidad, y si siente que no puede lanzar al 100%, no correrá el riesgo.”
La decisión evidencia la carga de trabajo de Stokes como jugador clave. Aun sin lanzar, su presencia y liderazgo son vitales mientras el equipo enfrenta el desafío de revertir la serie. Observadores elogiaron su resiliencia, destacando que rara vez se guarda y siempre se esfuerza al máximo.
Con dos Tests aún por jugar, Inglaterra debe reorganizarse y esperar que Stokes se recupere por completo, contribuyendo tanto con el bate como con el lanzamiento. Su rendimiento y resistencia serán cruciales si los visitantes quieren reaccionar contra una Australia dominante.
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