La campaña inglesa en el segundo Test de los Ashes y sus ambiciones en la serie sufrieron un duro golpe durante un decepcionante tercer día en Brisbane. En un terreno donde no ganan desde 1986, Australia ejerció un control total, destacando con el bate antes de ejercer una presión constante sobre los bateadores ingleses.
Al final del día, Inglaterra se encontraba en desorden con 134-6 en su segunda entrada, aún a 43 carreras de desventaja, evitando por poco la derrota en tres días. Tras enfrentar un déficit de 177 carreras en el primer innings, Inglaterra mostró signos prometedores, alcanzando 45 sin pérdidas en seis overs antes del descanso para la cena con la bola rosa.
Sin embargo, la incapacidad de Inglaterra para mantener la resistencia en el bate resultó costosa. Ben Duckett fue eliminado por Scott Boland, mientras que Ollie Pope y Zak Crawley cayeron en drives mal calculados de Michael Neser. Joe Root tomó un edge contra Mitchell Starc, Harry Brook fue eliminado por Boland, y Jamie Smith se convirtió en otra víctima al intentar un drive sobre Starc. Ben Stokes y Will Jacks permanecieron sin ser eliminados con cuatro carreras, pero la alineación inglesa continuó derrumbándose a su alrededor.
Australia había marcado la pauta previamente con un primer innings dominante de 511 carreras, destacado por los 77 de Mitchell Starc, el rápido que continuó su destacada serie con el bate. La lenta acumulación de carreras bajo el sol de Brisbane y el colapso previsible de Inglaterra reforzaron la supremacía australiana, dejando a los visitantes frente a un desafío complicado en la serie de los Ashes.
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