Tsunoda se mostró desconcertado y frustrado tras quedar último en la clasificación, enfrentando problemas durante todo el fin de semana a pesar del apoyo del jefe del equipo Red Bull, Christian Horner. Esta situación pone de manifiesto las dificultades que enfrentan los pilotos secundarios del equipo, cuyo monoplaza parece estar diseñado para adaptarse al estilo de conducción de Verstappen.
La temporada sigue un patrón de retos para los compañeros del tetracampeón mundial, después de los problemas de Sergio Pérez el año pasado y la breve participación de Liam Lawson a principios de este año. Tsunoda, promovido del equipo junior de Red Bull, aún no ha tenido un impacto significativo, con su mejor resultado siendo un noveno puesto en Bahréin. La falta de agarre y el desgaste excesivo de los neumáticos afectaron su confianza durante las vueltas, aumentando la diferencia con Verstappen.
Christian Horner expresó su desconcierto ante la caída repentina del rendimiento de Tsunoda y anunció una investigación para detectar posibles problemas mecánicos. Además, el ascenso del novato Isack Hadjar, quien terminó sexto en Mónaco, aumenta la presión sobre Tsunoda, cuyo futuro en Red Bull dependerá de su desempeño en las próximas carreras.
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