Este cambio parece ser una respuesta directa a la disputa legal en curso, luego de que ambos equipos perdieran sus charters (licencias de participación) a principios de este año tras presentar una demanda antimonopolio contra el sistema de licencias de NASCAR. Un juez federal rechazó recientemente su solicitud de una orden de restricción temporal (TRO), lo que obliga a los equipos a participar como entradas abiertas y clasificarse para cada carrera.
Aunque la corte negó el alivio inmediato, el juez indicó que las escuderías podrían volver a solicitar una TRO si son excluidas de una carrera por limitaciones en el número de participantes. Tal escenario podría considerarse como un “daño irreparable”, lo que permitiría una reinstauración temporal de sus licencias.
El reglamento actualizado de NASCAR establece ahora que la organización puede, a su entera discreción, limitar el número de participantes en una carrera a 40 coches. En tal caso, las plazas para equipos abiertos se asignarán en función de la clasificación por puntos de propietarios. Además, una nueva cláusula permite que hasta seis equipos abiertos consigan un lugar en la parrilla usando este criterio de puntos.
El pasado fin de semana en Dover Motor Speedway, tanto 23XI como Front Row compitieron como equipos abiertos en la Cup Series. Irónicamente, Denny Hamlin, copropietario de 23XI, ganó la carrera AutoTrader EchoPark Automotive 400, manteniendo a su equipo en el centro de atención a pesar de la disputa legal.
Después de la carrera, Hamlin se dirigió a los medios con un mensaje enigmático pero contundente, indicando que se revelarán más detalles durante el juicio programado para el 1 de diciembre. “Todo lo que puedo decir es… si quieren respuestas y entender por qué está pasando todo esto, el 1 de diciembre tendrán la respuesta que están buscando”, dijo. “Todo saldrá a la luz.”
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