El piloto británico de 25 años vive una temporada crucial y se muestra seguro tanto de su enfoque personal como de la estrategia en evolución de McLaren. Antes del Gran Premio de Canadá, Norris reflexionó sobre su trayectoria y destacó la importancia de mantenerse fiel a sí mismo ante la posibilidad real de luchar por el campeonato.
Con McLaren actualmente posicionada como la escudería con el auto más competitivo de la parrilla, Norris es consciente de la gran oportunidad que tiene, pero también del peso que implica rendir al máximo nivel. Aun así, su prioridad es disfrutar el camino y construir algo sólido junto a Piastri.
La relación entre Norris y Piastri es observada de cerca, ya que McLaren permite una competencia abierta entre ambos, siempre que antepongan los intereses del equipo. En un deporte donde este tipo de dinámicas suelen fracasar, McLaren apuesta por un modelo basado en la transparencia y el respeto mutuo.
Norris, conocido por su carácter afable, no deja de ser intensamente competitivo. Insiste en que es posible y beneficioso mantener un equilibrio entre camaradería y rivalidad. Él ve sus diferencias con Piastri —su emotividad frente a la actitud más reservada del australiano— como complementarias y no como un obstáculo.
Aunque la historia de la F1 está llena de tensiones entre compañeros de equipo, Norris y Piastri parecen decididos a evitar ese destino. La directiva de McLaren cree que esta dinámica puede fortalecer al equipo en lugar de dividirlo.
Norris reconoce que competir tan de cerca con un rival dentro del mismo garaje supone desafíos, especialmente con el acceso total a los datos y el rendimiento de ambos. Sin embargo, considera que esta transparencia puede impulsar el progreso colectivo y ve en su unión una clave no solo para alcanzar la gloria individual, sino también para luchar por el Campeonato de Constructores para McLaren.
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