Barcelona fue sacudido por un terremoto cuando el entrenador Xavi Hernández anunció su salida del club el 30 de junio, después de otro decepcionante partido de liga, una derrota en casa por 5-3 ante el Villarreal.
Xavi afirmó que se sintió irrespetado y obligado a irse, expresando la creencia de que su partida podría generar un cambio positivo en la dirección del club.
El entrenador enfatizó su compromiso de dar lo mejor por el equipo en los cuatro meses restantes de la temporada, incluso si ganaran la Liga de Campeones.
Tras la derrota por 5-3 en casa ante el Villarreal, Xavi declaró que había llegado al punto de no retorno y tomó la decisión de irse después de discutir con el presidente Laporta. El Barcelona, actualmente rezagado diez puntos detrás del Real Madrid después de 21 jornadas, sufrió un contratiempo significativo al conceder cinco goles en un partido oficial por primera vez desde la derrota por 8-2 ante el Bayern de Múnich.
Xavi, manteniéndose firme en su decisión, citó la dificultad de entrenar en el Barcelona, afirmando que es "imposible tener a un Ferguson en el Barcelona".
Las dificultades del Barcelona continuaron, ya que no lograron cerrar la brecha en la carrera por el título, con Xavi expresando frustración por una polémica decisión del VAR en tiempo extra y asumiendo la responsabilidad por el rendimiento general del equipo.
A pesar del respaldo del presidente Laporta, la partida de Xavi marca un período desafiante para el Barcelona, llevando a jugadores como Frenkie de Jong y Joao Cancelo a reconocer la necesidad de mejoras y expresar su apoyo al entrenador que se despide.
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