El miércoles, la etapa 11 concluyó sin vencedor oficial luego de que los comisarios se vieron obligados a neutralizar la llegada en Bilbao a causa de las protestas. La decisión se tomó cuando los manifestantes bloquearon la línea de meta prevista, lo que llevó a los organizadores a detener la carrera a tres kilómetros del final.
El director de carrera, Javier Guillén, confirmó a través de Radio Vuelta que los tiempos se registrarían en la marca de los tres kilómetros. Explicó que los puntos de la clasificación de la montaña y de los sprints intermedios sí serían adjudicados, pero no se declararía ningún ganador de etapa.
El recorrido de 157,4 km, que empezaba y terminaba en Bilbao, había llegado a su tramo final cuando se produjo la interrupción. Los favoritos a la clasificación general seguían luchando por posiciones, con el líder de la carrera Jonas Vingegaard (Visma–Lease a Bike) y el británico Tom Pidcock (Q36.5 Pro Cycling Team) logrando distanciarse antes de que la etapa se diera por finalizada.
Las preocupaciones por la seguridad de los ciclistas ya se habían planteado a principios de la semana. La Asociación de Ciclistas Profesionales (CPA) había pedido un refuerzo en la seguridad de la Vuelta tras varios incidentes relacionados con protestas, con el equipo Israel–Premier Tech apareciendo como el principal foco de las manifestaciones.
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