En la gélida ciudad de Kvasmo, en el noreste de Finlandia, donde las temperaturas oscilan entre los -7 y los -14 grados Celsius, con un viento mordaz que la hace aún más fría, las condiciones climáticas extremas son la norma.
A pesar de su clima riguroso, Kvasmo es famosa por su estación de esquí "Ruka", que atrae a cerca de un millón de turistas cada año. Recientemente, el FIS Ruka Nordic World Championship Tour se celebró en este lugar helado, con la participación de 400 atletas de 30 países que compitieron en diez modalidades de esquí.
Las temperaturas glaciales supusieron un reto importante para los deportistas, ya que el mercurio llegó a descender hasta los -25 grados. Un ejemplo claro de las duras condiciones se observó en la carrera de esquí de fondo de 20 kilómetros, donde la esquiadora sueca Kala Helfversson terminó en 18ª posición después de soportar temperaturas que pasaron de -15 a -18 grados en tan solo 50 minutos.
Helfversson, expresando el intenso dolor de la experiencia, mencionó con humor su alivio por estar esperando a su segundo hijo, contemplando el impacto que este frío extremo podría tener en su futura descendencia.
Aunque algunos puedan bromear sobre la situación, los riesgos para la salud asociados a la competición en un frío tan intenso son innegables. Los esquiadores se enfrentaron a quemaduras por frío e hipotermia, un competidor se congeló los ojos y otro perdió la sensibilidad en las manos y los pies.
A pesar de la normativa del tour, que sólo permite cancelar las competiciones cuando la temperatura desciende por debajo de los -20 grados Celsius, los participantes se enfrentaron a problemas de mareo y buscaron refugio en saunas tras finalizar las carreras. La determinación de soportar el frío glacial subraya el compromiso de los esquiadores, a pesar del esfuerzo físico y los peligros potenciales a los que se enfrentan.
A medida que las competiciones se trasladan a Galibar, en el condado de Laponia, al norte de Suecia, con temperaturas que oscilan entre los -17 y los -22 grados, los deportistas reconocen los desafíos indescriptibles. A pesar de los peligros, las lesiones y las condiciones agotadoras, estos esquiadores dedicados perseveran, poniendo de relieve su pasión por el deporte y la resistencia necesaria para navegar en circunstancias extremas.
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