La selección femenina de Suiza comenzó su participación en la Eurocopa 2025 con una dura derrota por 2-1 ante Noruega en Basilea. En un St. Jakob-Park lleno hasta la bandera y con miles de aficionados alentando, las suizas se adelantaron en el marcador pero no lograron mantener la ventaja, convirtiéndose en la primera nación anfitriona en perder su partido inaugural en la historia del torneo.
La entrenadora Pia Sundhage, veterana del fútbol femenino y exseleccionadora de Suecia, Estados Unidos y Brasil, animó a sus jugadoras antes del encuentro a “abrazar la presión” de jugar en casa. Suiza respondió con intensidad y se adelantó en la primera parte gracias a un gol de Nadine Riesen tras un sólido comienzo. Sin embargo, la alegría duró poco: la estrella noruega Ada Hegerberg igualó el partido, y pocos minutos después, un desafortunado autogol de Julia Stierli puso el 2-1 definitivo.
A pesar del resultado, Sundhage se mostró positiva tras el partido: “Sí, abrazaron la presión”, dijo, destacando la fortaleza emocional del equipo. Insistió en que Suiza aún tiene opciones en el Grupo A y que deben centrarse ahora en los próximos partidos contra Islandia y Finlandia. “Empezamos con Islandia, y si hacemos un buen partido, nos posicionaremos bien”, aseguró.
Fuera del campo, el día fue una auténtica fiesta nacional. Miles de seguidores recorrieron las calles desde el centro de la ciudad hasta el estadio, con campanas tradicionales, cánticos y vistiendo de rojo con orgullo. El ambiente en Basilea fue alegre e inclusivo, con familias enteras celebrando y vecinos saludando desde los balcones.
La llegada de Sundhage en 2024 generó grandes expectativas gracias a su prestigiosa trayectoria internacional. Aunque los resultados con Suiza han sido irregulares, la afición sigue mostrando un apoyo incondicional. Muchos ven esta Eurocopa como un punto de inflexión para el desarrollo del fútbol femenino en el país.
Dentro del estadio, la energía no disminuyó ni siquiera tras el pitido final. Aunque el resultado no fue el deseado, la determinación del equipo y el entusiasmo del público dejan claro que el camino de Suiza en el torneo aún no ha terminado.
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