Antes de su partido de cuartos de final contra el Real Madrid, club ganador en 15 ocasiones, el grito de guerra del entrenador del Arsenal, Mikel Arteta, fue "hacer que suceda". El martes, sus jugadores respondieron a este llamado de manera contundente, logrando una victoria de 3-0 en el partido de ida, para alegría de la ruidosa afición del norte de Londres.
Esta victoria brindó un sentimiento de redención para el Arsenal, que en los últimos años se ha encontrado muchas veces al borde de la gloria, pero ha caído justo al final, especialmente en las disputas por el título de la Premier League y la eliminación en los cuartos de final de la Liga de Campeones el año pasado.
Aunque el título de la Premier League parece ahora fuera de su alcance, con el Liverpool manteniendo una ventaja sólida, la Liga de Campeones sigue al alcance del Arsenal. Sin embargo, deberán proteger su importante ventaja en el Santiago Bernabéu la próxima semana, además de navegar el camino hacia las semifinales por primera vez desde 2009.
La actuación dominante del martes fue un momento decisivo para el equipo de Arteta, demostrando su crecimiento y potencial en el escenario europeo.
Uno de los momentos destacados fue de Declan Rice, quien anotó dos brillantes tiros libres en la segunda mitad, llevando el control del Arsenal en el partido a otro nivel. Su primer gol, un tiro curvado en el minuto 58, marcó su primer gol directo de tiro libre y el primero para el Arsenal desde septiembre de 2021.
Su segundo tiro libre, que dejó al capitán del Arsenal, Martin Ødegaard, en incredulidad, fue aún más espectacular. Según Opta, las probabilidades de que Rice anotara ambos tiros libres eran solo del 0,23%, lo que hace que su logro sea aún más impresionante y alimenta la creencia entre los seguidores del Arsenal de que este podría ser su año.
Varios otros factores también contribuyeron a la destacada actuación del Arsenal. El regreso del extremo Bukayo Saka tras su lesión añadió dinamismo al ataque, mientras Ødegaard orquestaba el mediocampo con clase. El joven Myles Lewis-Skelly mostró madurez más allá de sus años, y Mikel Merino, actuando como delantero improvisado debido a la lesión de Kai Havertz, entregó un remate de calidad exquisita.
Arteta elogió el esfuerzo colectivo, señalando que las actuaciones individuales fueron clave para vencer a un equipo tan formidable como el Real Madrid. Sin embargo, sabe que el desafío no ha terminado, con el partido de vuelta en el Bernabéu exigiendo un nivel de juego aún más alto.
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