El partido, disputado en el SoFi Stadium, tuvo lugar en medio de protestas generalizadas contra la política migratoria del presidente Donald Trump y la presencia de la Guardia Nacional. Las preocupaciones de seguridad obligaron al equipo mexicano a cambiar de hotel, mientras que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, solicitó públicamente a las autoridades estadounidenses que se abstuvieran de realizar operativos migratorios en el estadio durante el encuentro.
A pesar del contexto tenso, más de 54.000 aficionados asistieron al estadio, en su mayoría apoyando a México. En el campo, Edson Álvarez, del West Ham, abrió el marcador justo antes del descanso. Poco después del inicio del segundo tiempo, Raúl Jiménez, del Fulham, amplió la ventaja con su gol número 40 con la selección. La República Dominicana, que debutaba en el torneo, respondió con rapidez por medio de Peter González, acortando la diferencia y animando el partido.
México consiguió el tercer gol cuando un cabezazo de Álvarez fue desviado accidentalmente por el defensa César Montes hacia su propia portería. Los dominicanos volvieron a recortar distancias con un disparo desviado de Edison Azcona, lo que mantuvo la presión sobre los campeones en los minutos finales. Finalmente, México logró conservar la ventaja y aseguró tres valiosos puntos en un duelo intenso tanto dentro como fuera del terreno de juego.
Tras esta victoria, México se prepara para sus siguientes compromisos de la fase de grupos en Arlington, Texas, y Las Vegas, Nevada. La Copa Oro continúa siendo el torneo más importante para selecciones nacionales de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe, y esta edición se disputa en un ambiente marcado también por el debate político migratorio en EE.UU.
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