La emoción se apoderó de las calles de Kinshasa cuando la República Democrática del Congo se acercó a romper su larga espera para volver al mayor escenario del fútbol mundial. Antaño considerada una potencia dormida — llena de talento pero sin un verdadero impacto global — la nación está ahora a las puertas de la Copa Mundial de la FIFA 2026.
El sorteo del jueves en Zúrich confirmó el camino de los Leopardos: la RD Congo, una de las dos selecciones mejor sembradas, se enfrentará al vencedor del partido semifinal entre Nueva Caledonia y Jamaica. El duelo decisivo tendrá lugar en Guadalajara, México, una ciudad emblemática en la historia del fútbol. En juego está un codiciado boleto al Mundial que será organizado por Canadá, México y Estados Unidos.
Para los aficionados congoleños, el momento tiene un enorme peso emocional. Su última participación mundialista fue en 1974, cuando el país competía como Zaire, una campaña recordada más por sus dificultades que por sus logros. Hoy, una selección renovada, liderada por figuras como Cédric Bakambu y Gaël Kakuta, busca escribir un nuevo capítulo de orgullo en el escenario internacional.
En la semifinal previa, Nueva Caledonia y Jamaica se medirán en un choque de estilos completamente distintos. El ganador se enfrentará a una RD Congo confiada, que dejó buenas sensaciones en la última fase de clasificación para la AFCON. Ser cabeza de serie le permite evitar un partido adicional, aunque también aumenta la presión de cumplir con las expectativas.
El repechaje intercontinental reúne a seis selecciones de distintas regiones del mundo, todas luchando por solo dos plazas disponibles para el Mundial. Para la RD Congo, esto es mucho más que una oportunidad de clasificación: es la ocasión de demostrar su capacidad más allá del continente africano y de reafirmarse como una fuerza en ascenso.
Con marzo de 2026 acercándose, los Leopardos intensifican su preparación, analizando la explosividad de Jamaica y la resiliencia de Nueva Caledonia. Cada sesión de entrenamiento los acerca a lo que podría convertirse en un hito histórico. En Kinshasa, los hinchas se preparan para noches cargadas de emoción, unidos por la esperanza de que el destino los espera en Guadalajara.
Para la RD Congo, este repechaje no es solo un partido. Es la oportunidad de recuperar su identidad futbolística y de regresar al escenario mundial después de más de cincuenta años.
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