Aunque LeBron ejerció su opción de jugador por 52,5 millones de dólares para la temporada 2025–2026, su continuidad con la franquicia parece más dudosa que nunca. Tras bambalinas, la relación con la gerencia se ha vuelto tensa, y filtraciones recientes sugieren que el plan a largo plazo del equipo podría centrarse en Doncic.
Poco después de la eliminación de Minnesota en los playoffs, Doncic supuestamente se reunió con altos dirigentes de los Lakers —entre ellos el entrenador J.J. Redick y el gerente general Rob Pelinka— en una reunión donde se le habría planteado la posibilidad de convertirse en el nuevo rostro de la franquicia bajo una potencial nueva propiedad. La filtración estratégica de este encuentro generó sospechas de que LeBron ya no sería la prioridad en Los Ángeles.
A pesar de seguir bajo contrato, el silencio de la directiva tras su decisión de continuar fue llamativo. A diferencia de renovaciones anteriores, que se celebraron públicamente, esta fue ignorada en gran parte. No hubo conversaciones reales sobre una extensión a largo plazo ni sobre una posible rebaja salarial que diera flexibilidad al equipo. Según fuentes, la gerencia está reservando espacio en el tope salarial pensando en una reconstrucción para 2027, un proyecto que no encaja con la mentalidad ganadora inmediata de LeBron.
La agencia libre de los Lakers tampoco ha colmado las aspiraciones de campeonato del jugador. Aunque se fichó al pívot Deandre Ayton, no se sumaron grandes nombres. Mientras tanto, el dueño Mark Walter decidió mantener a Jeanie Buss al frente de la organización, pese al descontento en el entorno de LeBron.
Lo que más parece incomodar al jugador es la pérdida de influencia dentro del equipo. El traspaso de Anthony Davis a Dallas por Luka Doncic lo habría tomado por sorpresa, y el mensaje de que ahora deberá jugar un rol secundario —similar al que tuvo Kareem Abdul-Jabbar apoyando a Magic Johnson en los años 80— no ha sido bien recibido. A estas alturas de su carrera, LeBron no está dispuesto a aceptar ser una figura de reparto, menos aún en un equipo que no es claro contendiente al título.
A pesar de estas tensiones internas, LeBron sigue siendo uno de los mejores jugadores de la liga. Cerró la temporada 2024–2025 con promedios de 24,4 puntos, 7,8 rebotes y 8,2 asistencias, siendo incluido en el Segundo Equipo All-NBA. Pero para un jugador que ha controlado su narrativa durante dos décadas, aceptar un papel secundario es simplemente inaceptable.
Varios equipos ya están al acecho. Se dice que Golden State exploró la posibilidad de unir a LeBron con Stephen Curry tras el fallido intento de traer de vuelta a Kevin Durant. Clippers y Mavericks también han mostrado interés, y una emotiva vuelta a Cleveland sigue siendo una opción, aunque probablemente requeriría una reestructuración del equipo y que LeBron aceptara un recorte salarial.
En última instancia, el próximo paso de LeBron será tanto sobre su legado como sobre el baloncesto. Ya sea que regrese a Cleveland, se una a otra superestrella como Curry o permanezca en L.A. para demostrar que aún puede brillar junto a Doncic, lo único seguro es que LeBron James no tiene intención de retirarse como actor secundario.
La historia del "Verano de LeBron" continúa, y una vez más, los reflectores apuntan directamente hacia él.
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