La atleta neerlandesa se llevó la medalla de oro con un tiempo de 51,54 segundos. La estadounidense Jasmine Jones quedó en segundo lugar con su mejor marca personal de 52,03 segundos, mientras que la eslovaca Emma Zapletalova obtuvo el bronce estableciendo un récord nacional de 53,00 segundos.
La competición se vio marcada por la ausencia de la bicampeona olímpica y poseedora del récord mundial, Sydney McLaughlin-Levrone, quien decidió centrarse en la prueba de 400 m lisos en lugar de competir en vallas. Su estrategia fue exitosa, logrando el segundo mejor tiempo de la historia en la final de 400 m del jueves.
La victoria de Bol puso el broche de oro a otra temporada excepcional, completando su sexta campaña consecutiva invicta en la Diamond League. La final de Tokio también recordó su primer triunfo en un campeonato mundial en Budapest hace dos años, obtenido sin enfrentar a McLaughlin-Levrone debido a la lesión de la estadounidense.
En Tokio, Bol se enfrentó a la competencia de las estadounidenses Anna Cockrell y Dalilah Muhammad. Cockrell, medallista de plata olímpica en París, y Muhammad, campeona olímpica en 2016 a los 35 años, fueron contendientes fuertes, pero Jones fue quien más presionó a Bol durante la carrera. A pesar del desafío, Bol abrió distancia en los metros finales y cruzó la meta cómodamente como campeona nuevamente.
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